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En cualquier viaje a Shiraz, el centro de atención siempre cae en Takt-e Jamshid, también conocido como Persépolis, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Fundada alrededor dell siglo VI, fue la capital ceremonial del Imperio Achaemenid y fue saqueada una vez por Alejandro Magno.

Persépolis se encuentra a una hora en coche del centro de la ciudad (unos 60 km), pero no se desanime por ello. Una vez llegue allí, podrá apreciar algunos de los mejores ejemplos de tallas del mundo antiguo. También muestra espectaculares relieves rupestres, imponentes torres y las ruinas del increíble Palacio Apadana. Toda la experiencia es un viaje ineludible en el tiempo.

Los mausoleos dedicados a la memoria de los poetas Sa'adi y Hafez (de los siglos XIII y XIV, respectivamente), son también un espectacular atractivo. El Mausoleo de Hafez está situado en un hermoso jardín y cuenta con una lápida de mármol con los versos de sus obras. Y el Mausoleo de Sa'adi se encuentra sobre un vibrante y verde telón de fondo. Ambos sitios son importantes para los iraníes con un gran interés en la literatura persa.

En Lotf Ali Road se encuentra la Casa Qavam, otro Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO conocido localmente como el Jardín-Museo de Narenjestan. Aquí encontrará bellos jardines alineados con hileras de palmeras y naranjos. En su interior, el museo es fabulosamente opulento, con un vestíbulo de espejos y vigas pintadas con motivos europeos. También tiene una asombrosa colección arqueológica organizada por Arthur Upham Pope, que enseñó allí a mediados del siglo XX.

Ningún viaje a Shiraz sería completo sin una visita al Shah Cheragh, una mezquita construida para honrar a los hermanos Ahmad y Muhammad, hijos del Séptimo Imán. Sin embargo, ya que sólo se permite la entrada a los musulmanes, una buena alternativa es el santuario de Mazar Ali ibn Hamzeh, que cuenta con azulejos espejados que, jugando a través de los vidrios de colores reflejan su luz caleidoscópica.

Conecte con la cultura persa cuando viaje a Shiraz, probando algunos de sus platos tradicionales. La cocina iraní es una amalgama de varias influencias. Un viaje culinario a Shiraz le llevará a un recorrido por Oriente Medio, Grecia, Asia e incluso Rusia; así que, prepare bien sus papilas gustativas para ello.

No se pierda el degustar un buen polo shushtari, un plato compuesto de arroz, judías negras y pollo, sazonado con azafrán y eneldo. Como alternativa, busque vendedores ambulantes que vendan osh, una sopa espesa de fideos, judías y aceite, servida con una cucharada de yogur para suavizar las especias. La mayoría de los platos se acompañan con panes planos, mientras que el té es la infusión preferida. Las tiendas de té añaden un perfume aromático y mohoso a los mercados callejeros y bazares.

Ir de compras por Shiraz es una experiencia un tanto multisensorial. La cháchara de los regateadores y comerciantes; el aroma de los perfumes y las especias; las alfombras tejidas a mano y de colores brillantes a la venta. Todo un festín para los sentidos.

Asegúrese de echar un vistazo a las alfombras persas, que son aclamadas en todo el mundo como algunos de los mejores tapices que podrá comprar. También encontrará comida, joyas, platos y telas a la venta, pero recuerde: debe regatear.

De los muchos bazares que la ciudad tiene para ofrecer, Vakil Bazaar es probablemente el más famoso y el que tiene la mayor selección de productos a la venta.